Un día estaba corriendo por la calle, pero en un momento dado un grupo de mujeres guapas me distrajo y ocurrió lo que debía ocurrir: choqué contra esa señal de tráfico. Coincidencia o no, al día siguiente hubo un terremoto de magnitud 5,2 en la escala de Richter. Se preguntará qué tiene esto que ver con España en general. Pues, para mí lo que me ocurrió es lo mismo que está sucediendo en la escena política española: cuando uno está distraído buscando su propio beneficio sin estar atento a lo que se tiene delante, perdiendo de vista las necesidades importantes, como la de formar un gobierno lo antes posible, uno choca contra una señal de tráfico, haciendo temblar a la gente al pensar en lo que podría ocurrir sin un gobierno estable. Quizá es el momento de pedir consejo a Bélgica, que se ha vuelto una especialista en este ámbito.
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