Según
la Constitución de Cuba de 1940, la educación era obligatoria para todos los
niños. Sin embargo, el sistema educativo en el país se caracterizaba por
grandes desigualdades. Los más pobres no tenían acceso a la educación. El nivel
de analfabetismo era mucho más superior en las zonas rurales que en las zonas
urbanas. En 1958, un millón de personas eran totalmente analfabetas.
Tras
el triunfo de la Revolución cubana de 1959, el problema principal era todavía el
analfabetismo. En 1960, Fidel Castro expresó su deseo en la Asamblea Nacional de
la Naciones Unidas, el de hacer de Cuba el primer país de América donde el
analfabetismo sería erradicado. Este
mismo año, la ley de Nacionalización General de la enseñanza fue creada. Según
esta ley, todos los cubanos tenían el derecho de acceder a la educación.
Además, ir a la escuela era gratuito. Para alcanzar su objetivo, el Gobierno
cubano lanzó en 1961 la Campaña Nacional de Alfabetización, una campaña de
alcance nacional. A finales de este mismo año, gracias a esta campaña, el
porcentaje de analfabetismo se redujo y 1961 fue proclamado “Año de la
Educación”.
La
educación fue un buen medio para que el país se deshiciera de su etiqueta de
territorio más desigual del Caribe hispánico durante los periodos coloniales y
postcoloniales de principios del siglo XX. Según la UNESCO, la educación cubana
es un ejemplo para el mundo. Se dice también que Cuba tiene el mejor sistema
educativo de América latina y del Caribe.