Lo que me sorprendió en la clase de este miércoles
9 de noviembre fue el reconocimiento de la naturaleza en la constitución del
Ecuador. Ningún otro país de Latinoamérica y del mundo ha considerado el
derecho de la naturaleza a este nivel. La Constitución de Ecuador rompe los
derechos que se encuentran tradicionalmente en otras constituciones. Lo que más
importa es el Buen Vivir. En
Ecuador, los derechos de la madre tierra son reconocidos. El gobierno quiere transformar
los derechos de la naturaleza en una política exterior y presentar a la
comunidad internacional la necesidad de un pacto global con una “Declaración
Universal por los Derechos de la Naturaleza”.
La naturaleza incluye los ecosistemas, los
árboles, océanos, animales, las montañas y deben tener derechos al igual que
los seres humanos. Estos derechos recuerdan que los ecosistemas son
imprescindibles para nuestra vida y el futuro del planeta. Demasiados países consideran
la naturaleza como una propiedad sujeta a la ley, pero en Ecuador, se reconoce
que todas las formas de vida tienen el derecho de vivir, persistir y regenerar
sus ciclos vitales.
Ecuador debe ser saludado por su
compromiso hacia la naturaleza y sus derechos. Tiene un gran proyecto de una declaración
universal. Sería maravilloso que todos los países firmen este acuerdo, pero
parece utópico desgraciadamente.
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