Era un
día como cualquier otro. Me levanté, me duché y después fui a la cocina para
desayunar con mi compañera de piso antes de ir a la universidad. Estaba
comiendo cereales y bebiendo mi café cuando de repente vi algo negro cerca del
fregadero. ¡Me fijé y me di cuenta de que era un bicho! Una cucaracha enorme
estaba paseando tranquilamente en la cocina. ¡Qué susto! Me levanté
cuidadosamente y cuando miré otra vez, ya no estaba la cucaracha. Había desaparecido.
Y eso es peor aun. Dejamos nuestro desayuno y nos fuimos de la cocina. El
problema es que cada una de mis compañeras de piso tenía miedo a los bichos,
así que nadie se atrevió a entrar en la cocina hasta el día siguiente. La misma
semana, también entraron en el piso una lagartija y un murciélago.
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