martes, 5 de abril de 2016

Truco de abuelas

Hace quatro años (ya) fui a Madrid para hacer de nuevo el segundo de Bachillerato en el extranjero. Cuando llegué, estabamos en enero así que no hacía mucho calor en el pequeño pueblo donde vivía porque estaba cerca de las montañas. Como los madrileños están acostumbrados a tener calor en verano, no utilizan calefacción, o poca, en invierno. Pero como yo estaba acostumbrada a tener calefacción casi todo el año en Bélgica, me moría de frío por la noche. Tenía un hermano de acogido holandés así que él también tenía mucho frío. Al vernos temblar, nuestra madre española nos reveló su secreto para tener calor por la noche. Cada noche ponía dos ladrillos en el horno durante media hora, o algo así, los retiraba y los envolvía en papel periódico para que no nos quemáramos. Teníamos que poner el ladrillo en la cama un poco antes de irnos a dormir. Una verdadera bolsa de agua caliente artesanal!

No hay comentarios:

Publicar un comentario