viernes, 8 de abril de 2016

"No pasa nada"

Un día, al regresar de la playa (la rutina) me fui a duchar. Y, tan pronto como abrí el grifo, sentí una descarga eléctrica muy fuerte. Mis brazos se estremecieron y no podía parar de temblar. Salí del baño completamente traumatizada. Hablé con Rosana y con mis compañeros de piso para explicarles lo que me había pasado. Para entender lo que pasaba, intentaron “tocar” el agua para ver si recibían descargas. No les pasó nada. Empecé a pensar que me había vuelto loca y que mi cuerpo tenía vida propia. Pero, al cabo del tiempo, nos dimos cuenta de que no llevaba chanclas aunque mis compañeros sí. Y pues finalmente no era loca, había electricidad pasando por el agua, los paredes y el suelo. Las chanclas funcionaban como aislantes. Fuimos evacuados durante tres horas en frente de nuestro edificio al esperar que la compañía de electricidad arreglara el problema (en pijamas y chanclas).


Conclusión: por favor, vecinos, si no paguen sus facturas de electricidad, no estropeen los contadores eléctricos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario