Anécdota :
Cuando estaba de Erasmus en Sevilla, vivía con dos chicas : Roberta, una chica italiana y Elisa, una chica de París.
Nos llevábamos muy bien pero
Roberta, a pesar de ser muy maja, era muy torpe.
En diciembre, hacía muy
frío en nuestro piso pero no teníamos calefacción central, lo único que
teníamos para calentarnos eran radiadores eléctricos pero era muy peligroso
dejarlos encendidos durante la noche, así que siempre los apagábamos antes de
ir a dormir.
Sin embargo, una noche, a
las dos, me desperté de repente porque
había un olor raro. Salí de mi habitación y me di cuenta de que el olor venía
de la habitación de Roberta. En el piso, había una especie de nube negra y
empecé a preocuparme. Entré en la habitación de Roberta y me di cuenta de que
no sólo no había apagado el radiador sino que también había puesto una manta
sobre este, lo que estaba prohibido. Menos mal que me di cuenta a tiempo de que
algo raro estaba ocurriendo sino esta historia no sería una anécdota sino un
drama.
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